Más de 100 años de historia han marcado el camino hacia el éxito de Sendra Boots. Más de 100 años de historia que encierran la experiencia de 4 generaciones, desde el fundador de la marca Andrés Sendra, hasta su biznieto Francisco Javier Sendra, actual director de la firma y líder de un gran equipo, compuesto por más de 170 especialistas en moda, diseño y fabricación de botas.

Lo que comenzó como una pequeña empresa familiar, se ha convertido en una de las marcas de botas más importantes del mundo gracias a su experiencia y a su capacidad para evolucionar con cada momento.

Nuestra historia

El siglo XXI es para Sendra un tiempo de continua evolución, tras cien años de vida llenos de trabajo e innovación, se cierra el telón del primer centenario de la marca como número uno en Europa en la fabricación de botas. Cada año, 200.000 pares de botas pasan por las manos de 170 expertos artesanos a través de un proceso que incluye 250 operaciones de fabricación.

Sendra es experta en marcar largos recorridos. La huella de su historia, la solidez de sus acertados diseños, cosidos punto a punto, confecciona bota a bota su futuro; para seguir caminando con la pasión y el paso firme de su equipo, para seguir construyendo un futuro lleno de éxitos.

Nuestra historia

250 pasos

Cada mañana, la fábrica amanece dando forma a las palabras de su gerente y diseñador, Javier Sendra. Las manos de sus artesanos y las incansables máquinas se preparan para acariciar los componentes que acabarán siendo una obra de arte. Diseñar, cortar y moldear las pieles, bordar o calar los motivos que marcan su esencia, unir todos sus elementos y proporcionar a cada bota el acabado perfecto. Estas son las etapas que conforman el proceso de fabricación de unas botas Sendra, un proceso compuesto por 250 pasos entre los que destaca el denominado “Cosido Goodyear”, la tecnología que ha hecho famosa la calidad insuperable de la marca Sendra.

El sistema Goodyear consiste en un doble cosido que une la piel con el piso, proporcionando una excelente resistencia y perdurabilidad a las botas. Por un lado, un cosido interior sujeta la piel superior a la plantilla y la vira, mientras que, por otro lado, un cosido exterior ata la vira a la suela. El piso queda compuesto por dos suelas separadas entre las que se coloca una capa de corcho aglomerado que, además de actuar como aislante térmico, optimiza la comodidad al apoyar el pie.

Como si de un tratamiento de estética se tratase, la bota disfruta con el lijado y pulido de sus cantos y tacones para después recibir la tinta, las ceras carnaubas y las anilinas. Después permanecerá tres días en horma, tiempo necesario para que las curvas de la bota queden en la memoria de la piel.

El camino es preciso, constante y meticuloso... un viaje de 250 pasos de producción en el que se respira artesanía, cuidado, calidad y perfeccionamiento en cada uno de ellos.

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